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EL HERALDO DE ARAGÓN - Siete de los zaragozanos detenidos en Génova declaran contra sus agresores

 

13 de diciembre de 2005

PAULA FIGOLS. Zaragoza

Con cuatro años y medio de retraso, comienza a hacerse justicia. Aunque sus protagonistas son escépticos.

En julio de 2001, un grupo de catorce zaragozanos viajaron a Génova para participar en las manifestaciones anti-globalización de la cumbre del G-8 que se celebraba en la ciudad italiana. Trece de ellos fueron detenidos, agredidos y encarcelados. La Fiscalía italiana -de oficio- y decenas de acusaciones particulares - representadas por el Foro Legal de Génova- denunciaron a los responsables de aquellos hechos. Esta semana comienza el primero de los juicios: por el asalto policial a la escuela Díaz, donde dormían más de un centenar de manifestantes.

Tras ser absueltos de la denuncia que la Policía interpuso contra ellos, los agredidos son ahora testigos. Varios de los zaragozanos implicados viajan a Génova este mes para recordar aquellos días negros y testificar contra sus agresores. Mañana declararán los dos primeros testigos (Xabier Nogueras y Paco Sanz); el día 21, los siguientes (Ana Martínez, Aitor Balbas y David Moret); el día 22, dos más (Félix Marcuello y José Luis Sicilia), y otro (Paco Benito) ya tiene la fecha. Además todavía están pendientes otros juicios, como el de las denuncias por torturas en el centro de detención de Bolzaneto (en el que también testificará Adolfo Sesma) y el del asalto al centro de prensa internacional.

En el caso de la escuela Díaz, 29 altos cargos policiales y políticos están acusados, entre otras cosas, de agresiones, detención ilegal, robo, falsedad de documentos, y falsedad de pruebas periciales (los agentes introdujeron en el colegio cócteles molotov para acusar a los manifestantes anti-globalización. Los denunciantes son 93 personas de diversos países (España, Italia, Alemania, Suecia, EE UU, Australia, Polonia, etc.), que se encontraban en la escuela la noche del 21 de julio de 2001. Los defiende el Foro Legal de Génova, una red voluntaria de abogados (www.supportolegale.org).

"Pensábamos que no salíamos"

Los zaragozanos llevaban varios días en Génova, durmiendo en zonas habilitadas por el Ayuntamiento para los participantes en la cumbre anti-globalización. Ante la falta de seguridad, buscaron alojamiento en la escuela Díaz, frente al centro de prensa internacional. "Eran las once de la noche, había gente durmiendo. Empezamos a oír voces fuera, rompieron los cristales. Varios policías encapuchados y con material antidisturbios tiraron la puerta abajo y empezaron a pegarnos. Estábamos más de veinte personas, sentados en una esquina del gimnasio con las manos en alto, gritando no violencia", comienza el relato Paco Benito, 28 años, trabajador social.

"Fueron a por nosotros. Iban a saco: nos pegaban en la cabeza con la porra del revés puñetazos, patadas. Pensábamos que no salíamos de ahí” afirma José Luis Sicilia, 46 años, mensajero de La Veloz. Fueron varios minutos de terror. Todos fueron trasladados al hospital, con fracturas de pierna, costillas rotas, hemorragias internas, puntos en la cabeza. Y tras el hospital, les esperaba el centro de detenciones de Bolzaneto y las cárceles, donde permanecieron cuatro días incomunicados. Sólo se salvó aquella pesadilla una joven del grupo, Marisa, que había salido en busca de una aspirina porque le dolía la cabeza.

"Lo más grave son los daños psicológicos, los golpes se curan pronto", asegura Félix Marcuello, 40 años, profesor de instituto. "Iban a hacer daño, eso es lo que buscaban. Había una estrategia dirigida, planificada desde antes para asustar a la gente que se estaba organizando por una globalización diferente. Los verdaderos responsables no están encausados".

Génova marcó un punto de inflexión en el movimiento antiglobalización que se había organizado con fuerza en Seattle (1999). Las protestas ante las cumbres mundiales no eran nuevas, pero sí lo fue la primera vez que se vivió una escalada de represión de esas dimensiones. En Génova falleció la primera víctima del movimiento, el italiano Carlo Giuliani (el policía que le disparó ha sido absuelto), y más de 300 personas fueron detenidas y agredidas.

Este proceso judicial, que ha levantado gran expectación en Italia, puede prolongarse más de un año. Los zaragozanos lo afrontan con más escepticismo que confianza. "Después de tanto tiempo, lo que queremos es que todo acabe", afirma David Moret, 34 años, científico en paro. “Yo no aspiro a la justicia. Fuimos a manifestarnos y sólo por eso nos pegaron, nos detuvieron, pasamos varios días en la cárcel”. ¿Cómo se repara el daño de aquellos días? “Al menos, que esto sirva para que en el futuro no vuelva a ocurrir", sostiene Adolfo Sesma, 35 años, promotor inmobiliario y albañil "De alguna manera, la sociedad percibe que las víctimas de la violencia policial son responsables de lo que han sufrido", se lamenta.

"Tengo mucha confianza en el Foro Legal de Génova. Ellos han trabajado desinteresadamente por todos nosotros. Haber llegado hasta aquí es un premio para ellos", subraya José Luis Sicilia.